Revisión de ‘The Rivals of Amziah King’: Audacy Bluegrass Western

Han pasado seis años desde que Matthew McConaughey protagonizó una película, y cuando ves «Los rivales de Amziah King», es fácil ver por qué este fue el que lo atrajo de vuelta. Le da un papel que se ajusta a su encanto de envejecimiento de envejecimiento-bad-boy como un guante, y, al mismo tiempo, es diferente de cualquier cosa que haya hecho.

La película en sí es diferente de cualquier cosa que haya visto, en formas buenas (la primera mitad) y no tan buena (la segunda mitad no siempre se analiza). Sin embargo, hay una audacia en esta película, que es una fábula de venganza occidental del apicultor neorrealista, que entra en su sistema. El director, Andrew Patterson, tiene una visión, de la vida y cómo contar una historia, que promulga con tanta confianza y leales que incluso cuando lo que está haciendo no funciona totalmente, puede encontrarse con ella, porque de esto se trata de un cine independiente: una historia desagradable en el alambre alto.

Patterson corta esquinas, a menudo de una manera precoz, pero él sabe exactamente lo que está haciendo con sus actores. Él recibe un resultado magnético de McConaughey y muestra a un nuevo intérprete, la actor nativa Angelina Lookingglass (este es su primer crédito), y puede salir pensando que es una estrella. Ella es astuta, radiante, sutil y cautivadora. Ella te lleva a través de este drama de Heartland que está basado en la realidad y, al mismo tiempo, un cuento de hadas de la película conocedora.

Está ambientado en la zona rural de Oklahoma, donde McConaughey interpreta a Aziah King, un veterano fabricante de miel que es un cristiano nacido de nuevo y un hombre roto (es un viudo con una afección cardíaca), aunque podemos ver que disfruta de su vida. En la escena de apertura, Aziah y sus amigos se reúnen en el estacionamiento de un viaje local de comida rápida, donde sacan sus instrumentos y se lanzan a una actuación de bluegrass, a pesar de que no hay nadie allí para escucharlos. Eso está bien; Están jugando para ellos mismos. Y la música tiene una alegría desaliñada. Suenan como Mumford & Sons si esa banda nunca se hubiera vuelto profesional.

Algunas policías locales se acercan a Aziah porque quieren su ayuda. Los policías encontraron un camión que transportaba 20 barriles de miel robada por valor de un cuarto de millón de dólares. ¿Puede Aziah ayudarlos a identificar de dónde vino la miel? Eso suena como la configuración de un thriller poco convencional, pero sucede algo aún más poco convencional: mientras Aziah acelera a su excavadora de miel (una máquina que gira con velocidad letal), uno de sus amigos músicos (Tony Revolori) se inclina su cabeza en demasiado cerca, y la máquina lo escala, se quita el cabello y la cola de la cola y la capa de Skin a ella. La secuencia que sigue (llevarlo al hospital y pescar en el cuero cabelludo de la excavadora) es a la vez mareado, divertido y apasionado en una mierda ocurre, y establece el tono para todo lo que sigue. Esta es una película que opera escalando nuestras expectativas.

En un restaurante de la mañana siguiente, Amziah mira a la camarera que le sirve café, y no es otra que Kateri (Angelina Lookingglass), que vivió con Amziah y su esposa durante dos años como una niña adoptiva cuando tenía 8 y 9 años. Fue llevada después de la esposa de Amziah, y los dos no se han visto desde entonces. Pero la forma en que Patterson establece la persistencia de su conexión, simplemente de cómo se miran, es el signo de un cineasta humanista. Amziah, Lonely, ofrece a Kateri y enseñarle el negocio de la miel, y esta es una película que te permite tocar el alma excéntrica de ese negocio, una llamada, en realidad, tan seguramente como «Ulee’s Gold» o el documental macedonio «Honeyland».

Puedes sentir el deleite de McConuaghey mientras se mira en la escena donde Amziah lleva a Kateri a una comida y explica el significado de cada plato. O el que él y sus amigos, que incluyen un astuto Rob Morgan y un Angelic Long Barefoot Owen McTeague, se reúnen en la cocina de Amziah para tocar otro número musical, esta vez con Kateri cantando, lo cual encuentra una solicitud desagradablemente intrusiva hasta que ella comienza a hacerlo, en el cual el punto parece que la película parece ser redisobiliaria lo que puede ser la música interpretando la música. Para sus primeros 45 minutos más o menos, «los rivales de Amziah King» se deleitan en una visión de felicidad.

Pero, por supuesto, es demasiado bueno para durar. En medio de aprender el negocio de la miel, Kateri deambula una mañana a las filas de cajas que contienen las colmenas de Amziah, y descubre que todos han sido robados. No revelaré lo que sucede después, pero es suficiente decir que pronto se les cae a Kateri para comenzar a administrar el negocio. Y eso no va a funcionar (hay $ 30,000 en deuda) a menos que pueda recuperar esas colmenas robadas, un proceso que la llevará a un nido de corrupción local de Hornet.

Para ver y disfrutar de la segunda mitad de «The Rivals of Amziah King», debes aceptar que Kateri, que parecía tan inocente al principio, se convierte en una heroína sigilosa. Obtiene ayuda de OAT (Jake Horowitz), una operadora geek en su antiguo trabajo, así como a Cole Sprouse como lo más cercano aquí para un joven protagonista. Sin embargo, sobre todo, depende de Kateri perseguir su solitaria justicia, lo que hace con una falta de remordimiento que es impactante. Por otra parte, se podría decir que la otra cara de la benevolencia cristiana de los sentimientos de la película es su crueldad ocular por un ojo. Y cuando Kurt Russell, parece que se está calentando para protagonizar «The Steve Bannon Story», aparece como un barón de miel local que es tan rapaz, en su camino, como John Huston en «Chinatown», estamos listos para verlo obtener lo que le llega.

Un problema más grande con la segunda mitad de la película es que el guión de John Montague se aleja de la plausibilidad. Sin embargo, a pesar de que eso sucede, Patterson lo presenta todo con una precocidad que mantiene la película a sabiendas fuera de balance. Y es Angelina Lookingglass quien hace que el juego de juegos letal de la película funcione incluso mientras miras a través de los agujeros en su narración de suspenso. Su carismática resolución con cara de póker encarna el mensaje de la película, que es que en algunas de las situaciones que la vida le entrega, debes ser cruel para ser amable.